sábado, 1 de marzo de 2014

Se acabó

Desde hace dos semanas, Hugo está muy raro. Se va por la mañana temprano sin decir ni siquiera a donde va y vuelve de madrugada y a veces borracho. Ya le he dicho que no me gusta que beba tanto pero pasa de mi. Hace unas semanas descubrí que estoy embarazada de él. Todavía no se lo he dicho. Tengo miedo. Mucho miedo. Hace unos días estuvo muy violento conmigo y tengo miedo de que vuelva hacerlo.
Acabo de llegar a casa. Dejo el coche en el garaje y subo por las escaleras hasta el segundo piso. Saco las llaves del bolso y abro la puerta. Escucho la tele encendida. Estará viendo el partido. Voy al salón y le saludo con un tímido 'hola'.
--Hola - me contesta seco, como de costumbre.
-- Tengo que hablar contigo...
-- Ahora no puedo. Ves hacer la cena. Cuando termine el partido quiero la comida lista - me dice borde.
Voy hacia la cocina y empiezo a hacer la comida. Al rato veo a Hugo entrar por la puerta. Va en boxers. Si lo hiciera hace un par de semanas me hubiera alegrado...
-- Desnudate, vamos a la cama.
-- Hugo, ahora mismo no me apetece, tal vez luego.
-- No te he preguntado si quieres o no, te he dicho que te desnudes.
Dejo de hacer la comida y salgo hacia la habitación. Me desnudo y él hace lo mismo. Evita cualquier contacto físico. Empieza a penetrarme bruscamente. Me duele muchísimo y lo único que quiero ahora es llorar. Me siento violada. Cuando termina se viste y vuelve al salón sin decir ni una palabra. Yo me quedo en la cama, llorando...
Se acabó. Le quiero más que a mi vida pero esto ya es demasiado. Me levanto, me visto, guardo mi ropa en una maleta y...
-- ¿A donde vas? - me dice cogiendo del brazo.
-- Lo más lejos de ti posible.
-- ¿Como?
-- Estoy harta Hugo, se acabó - le digo con un hilo de voz.
-- ¿Harta de que? ¿De ponerme los cuernos? - le miro sin entender nada. - Sí, no me mires así que ya se que tengo unos cuernos enormes.
-- ¡Aquí la única que tiene unos cuernos gigantes soy yo! Llegas a casa de madrugada y borracho y la mala aquí soy yo ¿no?
-- Me voy hasta las tantas para poder dejarte sola con tu querido amante. Y aparte de cornudo soy imbécil. Ya me he enterado de que estas embarazada. Encontré el test de embarazo en el baño.
-- ¡El padre eres tú, imbécil! Estoy embarazada de un mes. De cuando todavía te importaba o al menos eso creía yo hasta que empezaste a llegar tarde y a ponerme los cuernos. Ahora te quedas ahí solo porque yo ya estoy harta, Hugo.
-- ¡Qué yo no te he puesto los cuernos, joder! Creía que eras tú la que me los ponía a mi.
-- Y en vez de preguntar decidiste aislarte y tratarme como una mierda ¿no? Lo siento, yo te amaba y todavía lo hago pero yo ya no puedo más con esto. Hugo, hace media hora me violaste. ¿Como crees que me siento ahora?
-- No puedes irte así Sara, por favor...
-- ¿Y que se supone que debo hacer?
-- ¿Porque no me dijistes que el padre soy yo?
-- Lo intenté... Miles de veces pero siempre que lo hacia, me gritabas o te ibas dando un portazo. Lo he pasado muy mal estas últimas semanas. Me he pasado noche tras noche llorando, sin entender porque actuabas así, preguntandome que he hecho mal.
-- No pretendo hacer que te quedes Sara pero, por favor, solo te pido que me perdones, ese niño no puede crecer sin un padre.
-- Pero tampoco puede crecer con un padre como tú, se acabó.

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Tres meses días sin ti... Tres meses sin tu olor y sin verte sonreír... Noventa días con sus largas y dolorosas noches. Noches llenas de lágrimas y ruegos al cielo pidiendo que vuelvas, con la esperanza de que aparecieras por esa puerta diciendo que todavía me quieres. Recordaré esas tardes de primavera y esas noches de invierno que pasé a tu lado. Recordaré esas mañanas de otoño en la que me despertabas con un beso y un 'buenos días mi amor'. Recordaré también esas dos semanas en las que fui un auténtico capullo. Fui un gilipollas al no confiar en ti y creer que el niño que esperas, fuera de otro.
Mi amor, sé que te traté como una mierda, que no te valoré lo suficiente, que no pude hacerte lo suficientemente feliz. Sé que fui un auténtico gilipollas esas dos semanas pero espero que algún día puedas perdonarme. Es lo único que quiero. Te he amado y te amaré por mil años más. Estaré aquí, esperándote. Te prometí un siempre y pienso cumplir mi promesa.

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